Situado en un antiguo distrito industrial en la ciudad de Maastricht, sur de Holanda, quizás sea certero que el Bonnefantenmuseum sea nombrado a menudo como una "fábrica de observación". El museo, con una planta en forma de "E" y una distintiva torre abovedada, es uno de los monumentos más destacados a lo largo del Río Mosa, que fluye alrededor del centro de la ciudad. La rica historia cultural de Europa fue un ímpetu clave para el diseño del arquitecto Aldo Rossi, que empleó una serie de gestos arquitectónicos históricos para ubicar el Bonnefantenmuseum dentro de un canon europeo colapsado.
Maastricht, la capital de la provincia holandesa de Limburg, tiene una historia que se remonta al Imperio Romano. Fue en esta ciudad donde el Tratado de Maastricht, que marcó el comienzo de la Unión Europea tal como la conocemos, entró en vigor en 1993. Durante más de un siglo, el Bonnefantenmuseum ha funcionado como el primer museo de Limburg para la arqueología y las bellas artes. [1] La colección se encontraba originalmente en el Bonnefantenklooster, un monasterio en el centro de Maastricht del cual el museo deriva su nombre. [2]
A principios de la década de 1990, la provincia de Limburgo comprometió 40 millones de euros para construir un nuevo museo en Céramique, un antiguo polígono industrial directamente al otro lado del Río Maas, en el centro histórico de Maastricht. Se eligió al arquitecto italiano Aldo Rossi para su diseño, ya que el director del museo, Alexander Van Grevenstein, creía que "combinaba una gran inventiva expresiva con un lenguaje visual reservado". [3] El proyecto tenía un esquema claro, engañosamente tradicional: una serie de galerías iluminadas desde arriba y desde los lados, que se organizan en alas y que rodean una escalera central. [3]
La propuesta volumétrica de Rossi era esencialmente tripartita, y comprendía un edificio principal, un cuerpo cilíndrico con una cúpula y un mirador para permitir a los visitantes disfrutar de las vistas de la ciudad. [4] El edificio principal tiene la forma de una "E" grande y simétrica, cuyos brazos se enfrentan a la orilla del río. El brazo central linda con la torre abovedada, la característica más destacada de la fachada hacia el río. El edificio principal está construido con materiales tradicionales, ladrillo, piedra y madera. La pesadez de estos materiales, sin embargo, desmiente la permeabilidad de las paredes, que están diseñadas para admitir suficiente luz natural como para producir un brillo dentro de los espacios de la galería. [5]
La luz natural era clave para el control sobre la experiencia de los visitantes en el museo. La fachada y los laterales del museo están cerrados, mientras que las paredes del ala central, que forma el eje principal del museo, están abiertas. Las aberturas puntuadas en las fachadas de ladrillos del edificio interactúan con las obras de arte y las rutas de circulación, convirtiendo el recorrido del museo en un "paseo arquitectónico". La larga escalera central, mientras tanto, está iluminada por la luz del techo completamente vidriado, creando el sentido de una calle cubierta en lugar de un espacio interior. [6]
Esta escalera es quizás el gesto arquitectónico más simbólico de Rossi. De acuerdo con su propia descripción, se "vincula al mundo", estableciendo un paralelo entre las naciones marineras de los Países Bajos y Portugal. Parafraseando al poeta portugués que inspiró a Rossi, los Países Bajos podrían ser vistos como el país donde la tierra termina y el mar comienza. [7]
Curiosamente, y a pesar de la conexión declarada de Rossi en relación a Portugal, la inspiración para la escalera en realidad proviene de un ejemplo belga: la Montagne de Bueren en Lieja. [8] La escalera al aire libre de 374 escalones forma un claro paralelismo visual con la escalera central del Bonnefantenmuseum, aunque construida con piedra erosionada en lugar de la madera dura pulida del museo. [9]
Mientras que la escalera central es la característica más definitoria del interior, el exterior está visualmente dominado por una torre cilíndrica abovedada. Aunque no está separado del museo propiamente dicho, se distingue visualmente: su cúpula circular, revestida de zinc brillante, destaca sobre el ladrillo rectilíneo del edificio principal del museo. [10] Al igual que con la escalera, la cúpula fue específicamente diseñada por Rossi para hacer referencia al canon arquitectónico clásico de Europa. Específicamente eligió hacer referencia al trabajo de Alessandro Antonelli, un arquitecto turinés cuya esbelta cúpula clasicista sobre la Basílica de San Gaudenzio probablemente sirvió de inspiración para su homólogo de proporciones similares sobre el Bonnefantenmuseum. [11,12]
Las referencias a los ejemplos clasicistas estaban completamente dentro del carácter de Aldo Rossi. Se opuso a la noción modernista de que todas las formas históricas y la estética deben abandonarse por completo; en cambio, argumentó que la arquitectura debe respetar y conectarse con su contexto urbano, preservando así el tejido de la ciudad en lugar de revertirla con arquitecturas non sequiturs. En opinión de Rossi, ciertas formas e ideas se han mantenido esencialmente consistentes en la historia de la arquitectura. De esta manera, sus propios diseños fueron manifestaciones físicas de su interpretación de la arquitectura. Finalmente está en debate si el diseño para el Bonnefantenmuseum, con sus austeras fachadas de ladrillo y su cúpula de metal contrastante, se funde a la perfección con el tejido de Maastricht. [13]
El nuevo Bonnefantenmuseum abrió sus puertas por primera vez al público el 9 de marzo de 1995. Más de 175,000 personas visitarían el museo antes de fin de año; un total de cincuenta mil lo visitarían dentro de las primeras seis semanas de inauguración, superando a los visitantes que tuvo durante todo el año pasado en la antigua locación. Una encuesta realizada en 1997 indicó que el 73% de los visitantes apreciaba específicamente la arquitectura del nuevo edificio: un mayor porcentaje de los visitantes quedaron satisfechos con las propias colecciones de arte. [14]
Aunque Aldo Rossi falleció solo dos años después de que el Bonnefantenmuseum oficialmente abrió sus puertas, su creación sigue siendo un hito en Maastricht. Sus propias palabras, escritas durante la fase de diseño, ahora se pueden leer como una retrospectiva sobre la creación del museo: "Pero ahora, como si estuviéramos en el mirador, podemos ver el museo como un todo, quizás un todo perdido que solo reconocemos gracias a aquellos fragmentos de nuestras vidas que también son fragmentos de arte y de la Europa de antaño". [15]
Referencias
[1] Richards, Greg. Cultural Attractions and European Tourism. New York: CABI Pub., 2001. p94.
[2] "Bonnefantenmuseum." Steden. Acceso 4 de Abril, 2016. [acceso]
[3] "The Building." Bonnefantenmuseum Maastricht. Acceso 5 de Abril, 2016. http://www.bonnefanten.nl/en/about_us/building_en_architect.
[4] Rossi, Aldo. "Verlust der Mitte." Bonnefantenmuseum Maastricht. Acceso 5 de Abril 5, 2016. [acceso]
[5] Richards, p96.
[6] “The Building.”
[7] Rossi, “Verlust der Mitte.”
[8] “Bonnefantenmuseum.”
[9] "Stairs of Bueren." Steden. Acceso 4 de Abril, 2016. [acceso]
[10] “The Building.”
[11] Rossi, “Verlust der Mitte.”
[12] Bordino, Franco et al. Alla Scoperta Del Neoclassico Attraverso Le Opere Di Alessandro Antonelli. Turin: Agenzia di Accoglienza Turistica della Provincia di Novara, 2008.
[13] Zukowsky, John. "Aldo Rossi." Encyclopedia Britannica. Acceso 5 de Abril, 2016. http://www.britannica.com/biography/Aldo-Rossi.
[14] Richards, p98-100.
[15] Rossi, “Verlust der Mitte.”
- Año: 1995
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Fotografías:James Taylor-Foster